Este trabajo tiene
por objeto realizar una descripción de las ideas positivistas presentes en el
discurso educativo del departamento del Atlántico, más concretamente en los
informes de educación presentados durante los años treinta por encargados de
las diferentes instituciones educativas, principalmente de segunda enseñanza.
El discurso
positivo estuvo siempre sujeto a las actividades de investigación propias de
las ciencias básicas y que durante mucho tiempo influenciaría incluso la forma
de hacer ciencia social y educación en Colombia y en nuestro departamento, dado
que en los años treinta los ideólogos del liberalismo que recientemente habían
retornado al poder después de cincuenta años fuera de el, estuvieron
fuertemente influenciados por las ideas positivistas de August Comte y Herbert
Spencer, principalmente.
Aunque podemos
hallar los orígenes del pensamiento positivo colombiano en el movimiento
político y social que se desarrolló a partir de las luchas de los artesanos de
mediados del siglo XIX, quienes abrazaron el positivismo, “en su intento por
construir un estado laico y crear un ethos de civilidad” (Santos, 2009),
en respuesta a los movimientos conservadores y al clero, quienes pretendían
mantener en la naciente república características propias del antiguo régimen
colonial.
La fundación de los
partidos políticos en Colombia estuvo ligada también a las ideas positivistas,
que Influenciaron a los intelectuales colombianos del siglo XIX ente ellos
sobresalen Salvador Camacho Roldan, Miguel Samper y Rafael Núñez que para el
filosofo bogotano Manuel Guillermo Rodríguez representa “los rasgos negativos y
positivos de nuestro positivismo, de una manera polarizada” (Rodríguez, 2003)
ya que como político fue en una primera fase de su vida pública un liberal
autentico, partidario de la separación entre iglesia y estado y en más de una
ocasión catalogado de anticlerical por sus posiciones frente a la religión y al
clero . Y una segunda fase de su vida pública en la que se convierte en un
aliado de la iglesia, hasta el punto de en su gobierno firmar el concordato, un
pacto entre el estado colombiano y el Vaticano que le entregó a la iglesia la
labor rectora de la educación en Colombia.
Durante y después
de la regeneración el discurso educativo estuvo más o menos en torno al respeto
de la constitución 1886, en la que la iglesia ejercía un control total sobre la
educación en relación con su contenido y la posición ideológica de los
docentes. En materia educativa (y en otros aspectos) la regeneración significó
un retroceso pues el articulo 41 de la constitución de 1886 declaró que la
instrucción financiada con fondos del estado “seria gratuita pero no
obligatoria” (Silva, 1989) volviendo a tras en relación a lo estipulado por la
constitución de 1863. Para los regeneradores el estado debía llenar todos los
espacios educativos donde las instituciones privadas no podían o no les
interesaba llegar.
Durante el periodo
liberal del siglo XX se llevó a cabo la reforma de acuerdo con los siguientes
criterios: el sistema educativo -decían los ideólogos del liberalismo- debe
estar de acuerdo con las trasformaciones sociales y económicas y que la
educación debe estar en función del estado y no subordinada a la iglesia, por
esta época se rompió con la visión escolástica de la educación que se había
mantenido vigente durante las dos primeras décadas del siglo XX, y dio lugar a
las nuevas discusiones sobre “la concepción positivista del derecho de Hans
Kelsen utilizadas por los ideólogos del liberalismo” (Herrera, 2001).
En el departamento del Atlántico algunos Directores de Educación Pública y Rectores de
colegios de segunda enseñanza dejaban ver claramente su afinidad por las
teorías darwinistas y de determinismos étnicos y geográficos, propios del
pensamiento positivista decimonónico.
Este fue el caso de los doctores Miguel Arango y J.
Ferrer Arango, rector del Colegio de Barranquilla y director de la oficina de
educación Pública del departamento del Atlántico respectivamente, este trabajo
presentará extractos de estos discursos e intentará realizar un sencillo
análisis de los mismos, mostrando en ellos una ambivalencia que llama
poderosamente la atención y que consiste en exponer un discurso que algunas
veces raya en el cientificismo, mientras
que por otro lado dejan ver gran reverencia por las enseñanzas de la doctrina
cristiana.
Un ejemplo de esto
es que en 1933 el Dr. Miguel Arango siendo Rector del Colegio de Barranquilla
en su informe anual presentado al Director de Educación Pública del
departamento del Atlántico, hablaba de la necesidad de:
Dar a la juventud que se educa
una cultura general que, por lo amplia e intensa sirva de base a cualquier profesión
que se adopte, así como también levantar y sostener una completa educación
moral, que sean una y otra fundamentos de vida social, ha sido el tenaz empeño
del Colegio de Barranquilla,.... La unidad en el ideal ha traído
consecuencialmente la uniformidad en las actividades y finalmente una mayor
eficiencia en los resultados.
Aquí el Director
del Colegio de Barranquilla, se está refiriendo a la educación moral y para la época hablar de este tema significaba
sin duda alguna hablar de moral cristiana o para ser exactos de moral católica.
El concepto de moral laica no era muy familiar para nuestros profesores de los
años treinta, dado que venían de una larga tradición de alianza de la iglesia
con el estado colombiano. La mayoría de
ellos como es el caso de el profesor Arango, aunque se habían dejado
influenciar por el discurso científico de las ideas positivistas no habían
renunciado a ser católicos, no habían dejado de ser feligreses respetuosos de
la fe cristiana.
Al momento de
describir el trabajo realizado por el personal docente del colegio de
Barranquilla, era realista pues mostraba las debilidades y los avances de una
manera más o manos equilibrada. Al respecto el rector del Colegio de
Barranquilla en el mismo informe expresaba:
La enseñanza en Colegio de Barranquilla no puede llamarse ciertamente
una obra perfecta, como no lo es ninguna obra humana... La ciencia de la
educación, como ciencia biológica, esta, en efecto en constante evolución, y
mientras en muchos otros países han tenido ya tiempo para recorrer sus diversas
y variadas etapas, entre nosotros comienza a ensayar sus primeros pasos. Ahora
bien, esos pasos son tanto más inciertos e inseguros cuanto que los factores
básicos de dicha ciencia como los que dependen de nuestra raza, del clima, de
los hábitos adquiridos desde la infancia, son variables y múltiples. Es natural
por lo mismo que siempre haya algo que cambiar en las reglamentaciones a que
someten establecimientos de educación como el Colegio de Barranquilla.
La perfección para
los cristianos es una cualidad exclusiva de Dios,[1]
los hombres a lo sumo podrán aspirar a ello, esto demuestra que el profesor
Miguel Arango, estaba llevando a cabo un discurso cristiano pero a la vez
científico como lo mostraremos un poco más adelante.
Al realizar esta
segunda afirmación se nota en el una fuerte influencia darwinista en el
discurso del Dr. Arango. Esta influencia pudo darse de manera directa y esto
implicaría un acercamiento de nuestro protagonista con el origen de las
especies de Charles Darwin, pero esta afirmación me es imposible sostenerla
solo a través de los informes a los que se tuvo acceso, sin embargo esta
influencia se pudo dar también a través de lecturas que citaran la obra de
Darwin o a través de conferencias etc. Es lo que usualmente se denomina influencia indirecta o por referencia.
También el Dr.
Arango está pensando en el determinismo geográfico y racial, era usual pensar
que el antecedente africano e indígena
presente en las masas populares de
el departamento del Atlántico y quienes eran los principales
beneficiarios de la educación publica,
tenían cierta limitación para el aprendizaje de las ciencias y si a esto le
sumamos el intenso calor de la cuenca del caribe, le hacia suponer a muchos de
estos pensadores que para el caso de los jóvenes de esta región era más útil
infundir en ellos el amor por el trabajo enseñándoles artes y oficios que les
permitieran ganarse la vida de manera digna.
Por lo tanto los
modelos y métodos de enseñanza impuestos en Europa o los Estados Unidos no
podían ni debían implantarse tal cual en nuestro país ni mucho menos en este
departamento, pero llama la atención que los motivos por los cuales esos
modelos extranjeros eran inviables no eran según el Dr. Arango presupuéstales
sino los arriba expresados.
La práctica del
pensamiento del Dr. Arango se expresaba claramente en el siguiente párrafo,
también realiza la propuesta que pretende llevar a cabo durante su estancia en
la dirección de la institución.
Consecuente con estas ideas, yo me he cuidado de preparar el terreno,
en el sentido de que se de al colegio un carácter positivo y técnico conforme
en un todo con las tendencias contemporáneas, ya que, como he dicho, el
principio de la evolución es aplicable a los cetros educativos, y que estas,
como cualquier institución social, evolucionan, necesitan evolucionar de
acuerdo con el medio, sopena de quedar desadaptadas y caer en el descrédito
.
Queda claro la
intención primera del rector Arango, está es construir un colegio donde las
ciencias se conviertan en materia fundamental, pues aunque ya en este momento
la biología, la física y la química se estudiaba obligatoriamente, en la
conciencia de la sociedad en general primaba la historia sagrada, el latín, y
otras disciplinas y responsabilidades más cristianas que científicas. Darle un
carácter positivo al Colegio de Barranquilla significaba cambiar en algo este
parecer. Aquí se expresa una relación existente para entonces entre lo técnico
y el discurso positivista y las teorías evolucionistas, darle a la
educación un carácter técnico y positivo significaba para el profesor Miguel
Arango evolucionar, de lo contrario era convertirse en una especie de eslabón
pasado en el proceso de evolución social de la educación.
Los cambios que el
colegio debía afrontar estaban
sustentados en principios -según el- inmodificables:
Es en efecto, un principio biológico elemental que todo organismo sea
individual o colectivo, no se sostenga si no se adapta a las nuevas condiciones
del ambiente en que se mueve y de ahí que se halla dicho que vivir es renovarse
continuamente
En el anterior
párrafo el profesor Arango continua aplicando al Colegio de Barranquilla
principios biológicos para demostrar que avanzar hacia un escalón superior de
la educación era evolucionar, para tal efecto el colegio debía adaptarse a las
nuevas condiciones del ambiente, que para el caso de Barranquilla significaba
la tardía industrialización de la
ciudad, para lo cual el Colegio debía estar preparado de la mejor manera, es
decir formar los técnicos que la incipiente industria barranquillera estaba
requiriendo.
En ese orden de
ideas una institución educativa en esta ciudad que no preparara a sus
estudiantes para los nuevos retos que la sociedad le requería significaba y
organismo colectivo insostenible.
Pero
darle al colegio de Barranquilla un carácter positivo requería otros cambios...
Aspira el suscrito a que se de a la cultura física una base científica,
adoptando la practica establecida en otras instituciones de tomar en consideración
los datos antropométricos anotados en un pliego para cada alumno. De esa manera
no solo se tiene una información completa del desarrollo individual, sino
también se acumulan datos que pueden servir más tarde para el estudio de
nuestra raza
Con el caso de la
educación física darle una base científica significaba matematizar esta
disciplina acercándola como el mismo lo expresa a los datos antropométricos y,
de esa manera darle un carácter verdaderamente científico acompañado de un
seguimiento del desarrollo corporal de los alumnos.
En el año 1935 el
entonces director de educación pública J Arango Ferrer en su informe de final
de año le expresaba al gobernador lo siguiente:
El costeño, como elemento
humano, tiene valiosas reservas anímicas, pero desgraciadamente los pueblos de
la costa atlántica, son pueblos en lenta formación. Las estadísticas dan
perfiles de mal presagio en diversos aspectos biológicos fundamentales en el
mapa geográfico-humano, que una nueva estructuración colombianista barruta ya
entre otras inquietudes, se ve seriamente amenazado. La ignorancia, la mugre y
la miseria, tiene tanto valor como en el mundo el demonio y la carne, los tres
grandes enemigos del hombre en el camino de la perfección metafísica, que
contemplaron los míticos.
Arango Ferrer se encuentra
aquí deacuerdo con lo que expresaría apenas unos años atrás el rector del
Colegio de Barranquilla, no solo encuentra en los pueblos de la costa una
dificultad por la lenta formación, sino que la atribuye a lo que el denomina
aspectos biológicos fundamentales, que se encuentran presentes en la geografía
humana del hombre costeño, una ves más encuentran en el aspecto de conformación
puramente étnica las dificultades que los educandos manifestaban a la hora del
aprendizaje de las ciencias, que era para ellos un aspecto determinante en la
formación de personas de bien.
Atrás quedaban una ves más las
situaciones de pobreza, mala alimentación, enfermedades y la necesidad de que
los jóvenes aportaran con su trabajo a la economía familiar, las razones de
dificultad al momento de adquirir todos los conocimientos que desde el colegio
estaban siendo impartidos por los maestros. Por otro lado compara a lo que el
considera los tres grandes enemigos del hombre (mugre, ignorancia y miseria)
con el demonio y la carne, en el sentido de que ambos alejan al hombre de la
perfección metafísica. Al igual que el Dr. Miguel Arango el director Arango
Ferrer presenta un discurso ambivalente, donde el discurso cientificista se
entrelaza con las reflexiones cristianas, acerca de lo que aleja al hombre de
la perfección.
Aunque no tenemos mayor
información sobre la biografía académica de nuestros protagonistas, tenemos
conocimiento de que muchos directivos docentes y funcionarios de las
secretarias de educación eran egresados de la facultad de educación de la
Universidad Nacional, que luego se convertiría en la normal superior adscrita
al Ministerio de Educación Nacional y que algunos de ellos “habían seguido
estudios en Suiza y perfeccionado su formación en el movimiento de la Escuela
Nueva que tenia su epicentro en Ginebra”.(Jaramillo, 1989)
La vieja escuela metafísica
construida hoy y deformarse sobre textos anacrónicos inútiles e inertes, ha
sido reemplazada por la biológica escuela nueva, acondicionada natural y
espiritualmente para el trabajo. La escuela antigua es estática porque
anquilosa y empequeñece; la escuela nueva es estética porque embellece y
estimula.
Es apenas obvio que el Dr. Arango
Ferrer se está refiriendo a las reformas educativas que se iniciaron con el
periodo liberal de 1930. al periodo anterior –los años de la hegemonía
conservadora- lo cataloga de deforme, inútil, inerte y anacrónico; mientras a
la escuela nueva de ese momento le añade la expresión “biológica” denominándola
“biológica escuela nueva”; un rotulo que le daba por si solo el carácter de
científica pues recordemos que para los positivistas de entonces todo lo
científico tenia que ser más o menos biológico o al menos matemático.
Una necesidad a la
que no se le había dado solución en el departamento era expresada por el
director de educación Pública en los siguientes términos:
La escuela de Artes y Oficios es para nosotros primordial necesidad ya
que Barranquilla por un determinismo biológico y topográfico tiene que ser una
ciudad industrial.
Finaliza este
informe del año 1935 con esta afirmación, que entre otras cosas no era nada
nueva, solo que nos llama poderosamente la atención el hecho de que utilice con
tanta propiedad el termino determinismo biológico y topográfico, poniendo esto
como único factor determinante de la vocación industrial que se suponía tenia
la ciudad.
Era necesaria en la
ciudad urgentemente la construcción de escuela de formación superior, y esta
venia siendo solicitada de diferentes formas por los directivos docentes y
encargados de las oficinas de dirección de educación pública, de las maneras
mas diversas estos personajes que aquí destacamos, hacían la solicitud de una
manera peculiar, para ellos, fundar una institución de educación superior al
colegio de Barranquilla significaba la evolución natural de una institución
social. Como quien dice nadie podía negarle a la sociedad barranquillera el
derecho a que evolucionara su educación.
Estas formas de
pensamiento que en los países de Europa se habían impuesto desde el siglo XIX,
en Colombia con el asenso de Núñez y los “regeneradores” se vieron mezcladas
con las ideas del cristianismo que se impuso como entidad rectora de la
educación en Colombia luego de la firma del concordato y la declaración del la
religión católica como religión oficial de la república en 1886.
Si bien es cierto
en los pensum de los colegios de
segunda enseñanza en el departamento del Atlántico se le dio importancia a las
asignaturas como física, química matemáticas o biología; aún la historia
sagrada, la región, el latín, seguían siendo asignaturas obligatorias en el
colegio de Barranquilla, mientras que el colegio del Atlántico -institución
femenina- las clases de costura, bordado y culinaria seguían igual que en el
siglo XIX siendo la columna vertebral de la educación para señoritas, estas
comparaciones podrían ser desarrolladas en un próximo trabajo.
Volviendo con
nuestros dos funcionarios públicos, aunque muy cercanos a las corrientes de
pensamiento que ellos llamaban repetidamente contemporáneas (positivistas), se
encontraban aun en medio de otro discurso no tan científico como lo eran las
reflexiones cristianas que se dejaban ver en sus informes, “son escasas las
rupturas radicales con el pensamiento religioso, no hay una perdida de la fe
por parte de los intelectuales,” (Rodríguez, 2003 p. 129) lo que convierte a su
discurso en ambivalente o mejor deja
claramente a la vista las ambivalencias del positivismo colombiano
incluso hasta bien entrada la década de los años treinta por lo menos en el discurso
educativo del departamento del Atlántico.
Referencias
Oposición del Clero al Proyecto
Educativo Radical en el Estado Soberano del Magdalena. En Alarcón L, Ensayos
de Historia Educación y Cultura. (pp. 17-39), Bogotá. A, Santos. Fondo de publicaciones de
l universidad del atlántico.
Rodríguez, M. (2003). La Filosofía en Colombia. Modernidad y Conflicto.
Rosario: Laborde editores.
La Educación en Colombia
1880-1930. En Mejía A. Nueva Historia de Colombia. (pp. ) Silva R. Tomo IV Bogotá. Ed. Planeta 1989.
La Filosofía en la Colombia Contemporánea 1930-1988. En Manríquez G comp. Origen y Desarrollo de la Actual Filosofía (pp. )
Herrera D. Bogotá, Ed El Búho, 2001.
Casas, A. (2007) Documentos
para la Historia de la Educación en el Departamento del Atlántico Durante la
hegemonía liberal. Monografía para optar al titulo de Historiador, Facultad
de Ciencias Humanas, Universidad del
Atlántico, Barranquilla. Colombia.
La Educación Durante los Gobiernos Liberales 1930-1946.
En Tirado A comp. Nueva Historia de Colombia (pp.
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Ed. planeta, 1989.
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