domingo, 13 de agosto de 2017

¿Qué Modelo Pedagógico Seguir?






Somos del criterio de que ningún enfoque reúne condiciones totales para constituirse en  único modelo a seguir, contrario a esto pensamos que cada teoría es capaz de aportar métodos que pueden ser usados con éxito en nuestro contexto, mientras que otras pueden no solo ser negativas sino que hasta determinado grado consideradas como peligrosas. Esta heterodoxia con respecto a los modelos pedagógicos es una carta de respaldo y confianza a la  libertad y creatividad a los docentes, en desfavor de la ortodoxia que a nuestro juicio limita, mutila el crecimiento y la creatividad misma, cada modelo pedagógico es el resultado de juiciosos estudios realizados por hombres y mujeres expertos en el tema de la pedagogía y la educación, pero ninguno de estos fue pensado con pretensiones universalistas es decir fueron diseñados para un momento histórico y para un espacio geográfico determinado, con el propósito de dar solución a unos problemas especificos ( que pueden o no ser los nuestros). Entendemos por modelo pedagógico, el conjunto de representaciones de las relaciones propias del acto de enseñar.
Algunos modelos pedagógicos a lo largo de la historia de esta disciplina, se han trazado como principal objetivo contribuir a la formación de determinado tipo de hombre y  mujer, participes de una sociedad determinada, los modelos pedagógicos se han enfrentado en relación a esta problemática, de tal forma,  que no debemos observar ningún modelo pedagógico de forma ingenua, pues todos ellos llevan detrás un interés político (unas veces abierto otras veces encubierto)[1] no hay una pedagogía neutral todas tienen sus propios intereses.
Encontramos modelos pedagógicos como el tradicional que menospreciaba la figura y la función del estudiante, posteriores modelos pedagógicos que sobrevalorando el papel del estudiante depreciaba la tarea del docente hasta el punto de definirlo como una simple “guía de procesos”. 
Requerimos un modelo pedagógico que garantice una síntesis dialéctica que le entregue el papel preponderante tanto a maestros como estudiantes, entendiendo que ambos elementos son indispensables en este proceso. En nuestro contexto se requiere una práctica educativa que se centre en el desarrollo de las dimensiones humanas (analíticas, socio-afectivas y práxicas). Esta síntesis dialéctica hará entender que el conocimiento no se construye en el aula sino fuera de ella.




[1] De Zubiría  Samper Julian, Los Modelos Pedagógicos. Hacia una pedagogía dialogante. Bogotá 2006 ed. Magisterio, Pág 39  

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