viernes, 22 de enero de 2021

LA TRADICIÓN ORAL COMO FUENTE PARA LA CONSTRUCCIÓN DE LA HISTORIA LOCAL Y REGIONAL.



Como encargado del área de ciencias sociales de la Institución Educativa Técnica Departamental de Cabrera iniciamos en el año 2006 un proyecto de reconstrucción del pasado de cuatro pueblos a la orilla de la ciénaga de Palmar en el sur del departamento del Magdalena (Pijiño, Cabrera, Pita y Angostura). Este trabajo estuvo asistido por el semillero de investigación homo scholaris y financiado por el programa ciclón de la gobernación del Magdalena.

Tuvimos como centro de operaciones la población de Cabrera, en un corregimiento del municipio de Pijiño del Carmen en el departamento del Magdalena y ubicado a orillas de la ciénaga del Palmar en una subregión del litoral caribe conocida como la depresión momposina. Cuando iniciamos nuestra investigación sobre la historia de estos pueblos nos encontramos con la poco grata sorpresa de que no había historia escrita sobre ellos.

Hemos realizado algunas consultas sobre el pasado de los pueblos de la región y eso nos sirvió como punto de partida para el inicio de nuestro trabajo de investigación, remitiéndonos -al menos en principio- a las mismas fuentes escritas que fueron consultadas por los investigadores históricos de los municipios vecinos y de la región sur del departamento del Magdalena.

Dichas fuentes nos indicaron algunos aspecto generales para el origen de todos los pueblos de la región, pero en el caso concreto de los pueblos que comparten la ciénaga del Palmar nos encontramos con una situación que podemos catalogar como problemática: los primeros pobladores de la ciénaga del palmar no sabían leer ni escribir,  y siendo así ¿cómo podían estos primeros pobladores dejar documentos que hoy sirvan como fuente? los primeros pobladores de la rivera de la ciénaga, eran analfabetas, por lo tanto, no dejaron documentos  escritos, ¿Cómo realizar una investigación de tipo histórico-cultural con estudiantes de media vocacional si las comunidades que pretendemos historiar no sabían leer  ni escribir? Solo nos queda una opción: usar la oralidad de nuestros pueblos (dichos, refranes, cuentos, cantos, bailes, poemas, adivinanzas, mitos, leyendas, anécdotas, etc.) como fuentes para la historia.

Para comenzar todo esto, iniciamos haciendo entrevistas a algunos adultos mayores que gracias a su lucidez pensamos nos podrían ayudar con nuestro trabajo investigativo. En principio fueron de mucha ayuda pues sus relatos afirmaron muchas de las hipótesis que desde el principio nos habíamos trazado. Pero con el transcurrir del trabajo nos  dimos cuenta que por lo general los adultos mayores  sobredimensionan su participación y la  de sus antepasados en los hechos fundacionales de los pueblos de la ciénaga.

Por esa razón, aunque no hemos descartado por completo dichas fuentes, entendemos la oralidad como fuente para la historia de una manera distinta. Estas las podemos conocer aun en los recuerdos de las personas, en el uso diario en las tradiciones artísticas, en los cuentos de velorio e incluso en las artesanías; algunos textos escritos recogen algunos de estas enseñanzas que hemos querido llamar “filosofía popular”.

Este trabajo tiene como propósito mostrar nuestras experiencias en la utilización de las fuentes orales y la filosofía popular en la reconstrucción de la historia de estas cuatro poblaciones. Para tal efecto hemos tomado los textos del escritor local Esginio Arrieta López “Pijiño sus Mitos y sus Leyendas e Historias de Pijiño, el “baile de negritos” y algunos poemas del “poeta negro”, Candelario Obeso que nos servirán como fuente para la reconstrucción de la historia de estas sociedades ágrafas.

A continuación, presentaremos algunos aspectos de la oralidad que hemos utilizado para la reconstrucción de la historia de los pobladores de la ciénaga del Palmar:

 

Baile de Negritos:

Esta danza consiste en que en grupo de hombres que danzan alrededor de un disfraz de tigre, al cual intentan matar, armados con machetes y palos adornados con sombreros grandes de muchos colores, al finalizar la danza los hombres logran cazar al tigre, le cortan los genitales y se los entregan a la persona más importante que se encuentre en el recinto.

Esta danza la entendemos como tradición oral primero por ser una danza centenaria y segundo porque nos permite entender la lucha que emprendió el colono contra los depredadores, los colonizadores realizaban las tareas de desmonte de la selva con el propósito de ampliar la frontera agrícola y ganadera, pero los felinos eran los principales enemigos del ganado, por tal motivo estos contrataban cuadrillas de cazadores para que intentar exterminar a los grandes felinos y otros depredadores de la zona, para comprobar que el animal había sido cazado se presentaban al dueño del ganado los genitales del animal.

Canto del Montaraz:

 “…esta vida solitaria que aquí llevo, con mi hembra y mis hijos… no me falta ni tabaco ni alimento de mis palmas es el vino… y el guarapo de mis cañas… aquí nadie me aturuga la tropa vive lejos con que así yo no cambio lo que tengo por las cosas que otros tienen en los pueblos”.

Este fragmento del “canto del montaraz” del poeta momposino Candelario Obeso nos ayuda a entender el sentimiento del hombre de los siglos XVII al XIX en cuanto a que ellos preferían vivir en los montes a la orilla de los caños y los pantanos que, en los pueblos, les tenían menos miedo a los animales feroces que a las autoridades de la época, quienes los acosaban (aturugaban) con el cobro de impuestos para el Estado y la iglesia.

Así fueron los primeros pobladores de la ciénaga hombres y mujeres amantes de la libertad que prefirieron vivir alejados de la civilización con tal de ser verdaderamente libres, así inició el poblamiento de la rivera de la ciénaga del Palmar.

Pijiño sus Mitos y sus Leyendas: “La ciénaga del palmar estaba llena de cocodrilos, caimanes, babillas, chavarríes, garzas morenas, garzas blancas, ponche y nutrias… habían noches que… mataban cincuenta o sesenta caimanes… al tiempo de estar realizando esta casería de animales en la ciénaga los animales huyen a los caños: Camargo, Guacimal y otros a la quebrada de Culebra”

Este fragmento del escritor local Esginio Arrieta López da cuenta de lo que era la ciénaga en otras épocas un santuario para diversos tipos de especies pero que con el tiempo el hombre en su afán depredador ha ido restando espacio y numero a esas especies. Hoy día las personas de esta generación nunca han visto un caimán, cocodrilo o garza morena, debido a que algunos hombres un día decidieron condenarlos a la pena de muerte y del exilio.

Historias de Pijiño: “Había gente que venía de otros pueblos a confirmar sobre los comentarios que hacían… en donde las brujas asustaban y las veían caminar por las calles… y sí era verdad que las veían caminar… pero no eran las verdaderas brujas… las que cantaban en las copas de los árboles o las que cogían a los hombres y los convertían en burros…”

Tradicionalmente en estos pueblos no llegaba combustible suficiente para mantener iluminadas las calles, por tal razón la oscuridad de la noche se prestaba para llevar a cabo encuentros o realizar actividades que usualmente no podían llevarse a cabo ante los ojos de todos y a plena luz del día, por tal motivo estos “cuentos de  velorio” sirven como factor aleccionador para que los jóvenes se “recojan temprano” y los esposos infieles o borrachos piensen varias veces antes de llegar tarde a casa.  

Estos son apenas cuatro ejemplos de la extensa tradición oral que nos da cuenta de cómo fue el pasado de estos pueblos, es cierto que no contamos con suficientes fuentes escritas, pero la amplia oralidad nos explica no solamente como fueron los orígenes sino el desarrollo de los pueblos de la ciénaga.

Este trabajo sirvió para dar a conocer un poco más a estudiantes de educación media sobre su propia historia y sus tradiciones culturales, les ha servido para conocerse a sí mismos, para entender su propio pasado y algún día llegar a conocer su presente.

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