En nuestro país y en el mundo parece que se celebran días por todo, día
de la tierra y el agua, día de la madre y el padre, día de la familia y los
amigos día de amor y amistad, día del maestro y la secretaria y un sinfín de
días. Pero algunas de esas celebraciones
tienen una razón histórica, una de estas fechas con razón histórica es
justamente el día internacional de la mujer.
Desde los principios mismos de la aparición de la clase obrera, las
mujeres juagaron un papel importante, pues ellas al igual que los hombres
debían trabajar extensísimas jornadas que algunas veces llegaban hasta las
dieciséis horas diarias, con el agravante de que el salario de las mujeres era
siempre inferior al de los hombres, pues se consideraba a estas más débiles y
por tanto menos productivas.
Esta fecha no debe ser considerada como una fiesta alegre, debe ser la
conmemoración de un hecho, un hecho por lo demás sangriento. Sucedió un 8 de
marzo, pero de 1908, cuando un grupo de mujeres de una fábrica textil de la
ciudad de Nueva York-E.U.A., iniciaron una protesta en donde exigían entre otras
cosas mejoras en las condiciones laborales, aumento de salarios y reducción de
la jornada laboral.
Las peticiones de las mujeres no fueron atendidas, en cambio para
repeler la protesta los dueños de la fábrica decidieron prenderle fuego al
edificio donde funcionaba la factoría, pero antes se aseguraron de cerrar bien las
puertas por fuera con el propósito de que nadie pudiera salir. El resultado de
tan macabra respuesta fue la muerte de 146 mujeres la mayoría de ellas
inmigrantes europeas que se encontraban en los veinte años de edad y que habían
llegado a los Estados Unidos a buscar las oportunidades que en sus países de
origen se les había negado.
Tres años más tarde se conmemoró el 8 de marzo como EL DÍA
INTERNACIONAL DE LA MUJER TRABAJADORA para recordar la memoria de
estas valientes jóvenes que dieron su vida por defender una causa justa, pero solo
hasta 1977 la asamblea general de la Organización de las Naciones Unidas declaró
el 8 de marzo como El Día Internacional de la Mujer, pero sin
escudriñar mucho en los orígenes de la conmemoración.
Como lo podemos apreciar el 8 de marzo no debe ser considerado un día
para festejar, porque es como si estuviéramos de acuerdo con lo sucedido en la
fábrica textil de Nueva York, debe ser más bien un día para reflexionar sobre
el papel de la mujer en nuestra sociedad, debe ser un día en el que
reconozcamos la importancia del aporte de las mujeres en el desarrollo de
nuestra civilización, debe ser un día en el que hagamos el propósito todos los
hombres de ponernos del lado de ellas y acompañarlas en sus luchas por la
igualdad de derechos civiles, debe ser un día en el que hagamos todos un pacto
de cero tolerancia con el maltrato contra la mujer.
En este día debemos también rendirles sincero homenaje a todas las
mujeres que nos acompañan en nuestra tarea diaria, resaltar el trabajo de todas
nuestras valientes esposas, parientes, maestras, compañeras y amigas que nos
acompañan todos los días. Aunque nunca alcanzaran las hojas para agradecerles
el estar aquí con nosotros.
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